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Por qué siento rigidez con las «contracturas»

Como hemos visto en un post previo, cuando hablamos de contracturas a nivel coloquial generalmente hacemos referencia a una percepción de dolor o de rigidez en la zona. ¿Cómo se pueden explicar estas sensaciones si una contractura no es lo que yo creo que es?

Adéntrate en la fisioterapia basada en la evidencia para entender realmente esta percepción de rigidez y dolor y cuáles son los mecanismos neurofisiológicos tras estas sensaciones. 

espalda lumbar dolor contractura

La ilusión de la rigidez.

Algo que hay que considerar en estas situaciones en que percibimos rigidez, es que nuestros sentidos no siempre reflejan fielmente la realidad. Es probable que hayas podido ver en alguna ocasión alguna imagen como la que tienes aquí a continuación:

ilusión óptica

Puede darte la sensación de que las líneas no son paralelas, pero en realidad lo son. De una forma similar podemos sentir una rigidez que no se corresponde a la rigidez objetiva del tejido.

La rigidez se define como la fuerza necesaria para producir una determinada deformación en el tejido,  por ejemplo para estirar un músculo.

La investigación sobre la rigidez percibida en las contracturas

En diversos estudios (1) (2) no se ha observado una correlación entre la rigidez percibida y la rigidez real de los tejidos en los sujetos, además de no existir diferencias importantes entre aquellos con y sin dolor a nivel de rigidez en el tejido.

Es decir, lo rígidos que nos sentimos con una contractura no refleja lo rígidos que realmente están los tejidos. De hecho, la rigidez no tiene por qué ser per se algo negativo.

Dolor muscular cuello trapecio contractura

¿Cuál es la causa de esta rigidez en las "contracturas"?

Todos los tejidos tienen terminaciones nerviosas libres, que nos informan de un posible peligro en estos. Estas terminaciones nerviosas se denominan nociceptores.

De entre los nociceptores que encontramos en diversos tejidos, parte de estos son mecanorreceptores de alto umbral. Es decir, se activan ante estímulos mecánicos de gran magnitud. (3)

Sin embargo, en algunas situaciones pueden ver disminuido su umbral. Esto podrá producir la sensación de una gran tensión mecánica en situaciones de reposo o contracciones musculares suaves, resultando en esa percepción de rigidez.

Si atendemos a la neurofisiología del dolor muscular, los nociceptores del tejido muscular se componen de fibras aferentes mielinizadas delgadas (grupo III) y aferentes no mielinizados (grupo IV). Todas ellas son multimodales, es decir, responden a diferentes modalidades de estimulación nociva. (4) (5) (6)

  • Los nociceptores del grupo III son (4) análogos de las fibras A delta cutáneas. Responden principalmente a estímulos mecánicos de alta intensidad (estiramiento, contracción y presión). Pueden verse sensibilizados ante estímulos químicos como la isquemia (falta de sangre) o la hipoxia (falta de oxígeno).
  • Los nociceptores del grupo IV (4) son análogos de las fibras C cutáneas. Responden principalmente a la estimulación química nociva, como situaciones de isquemia e hipoxia. Se pueden sensibilizar ante situaciones de isquemia, presión nociva e inflamación.

¿Podría esto explicar por qué notamos tensión si no existe la “contractura” como pensábamos?

En el caso de que estas fibras nociceptivas que responden a estímulos mecánicos de alto umbral se vean sensibilizadas, su umbral (el estímulo necesario para que envíen información al sistema nervioso central) se verá disminuido. Esto resultará en que estas fibras nerviosas se puedan activar en situaciones de reposo o con movimientos de baja carga, resultando en una percepción similar a la que tendríamos en una situación normal con una carga mucho mayor. (7)

Es decir, al hacer un movimiento “normal”, podríamos sentir como si estuviéramos haciendo este movimiento de una forma muy forzada o con una fuerza muy superior a la real, resultando en esta “rigidez” percibida sin contractura real.

Del mismo modo, este mismo mecanismo podría explicar por qué podemos sentir fatiga en situaciones en las que no hay una “sobrecarga” real. En caso de que estas fibras nociceptivas que responden a estímulos químicos se sensibilicen, su umbral de activación se verá reducido. Esto podría hacer que se activen en situaciones en las que la concentración de metabolitos (desechos de la actividad) no sea muy alta per se perciba como una situación de alta fatiga sin serlo.

modelo anatómico dolor trapecio contractura

¿Por qué siento esta rigidez con la "contractura"?

La rigidez percibida, como hemos visto, puede tener muchos y muy diversos procesos subyacentes. Algunos podrían ser un ejercicio excesivo, tendinopatías, neuropatías, artritis, inflamación, dolor crónico, efectos secundarios de medicamentos o toxicidad, distonías o incluso hipermovilidad.

Simplificando los procesos neurofisiológicos del punto anterior, a nivel de nuestro sistema nervioso central existen distintos conjuntos de neuronas que tienen una función común. Estos conjuntos de distintas áreas cerebrales se denominan neuroetiquetas o neurotags.

Podemos tener una neuroetiqueta del frío, una neuroetiqueta del calor, una neuroetiqueta del dolor o una neuroetiqueta de la rigidez.

Distintos inputs externos podrían estar influyendo a nivel central para que los neurotags del dolor y de la rigidez se den a la vez en el tiempo, ya que quien informa del estado del tejido es a la vez un nociceptor y un mecanorreceptor.

Tanto el dolor como la rigidez serán posibles respuestas, siendo consecuencias de algo más y no necesariamente siendo uno la causa del otro.

En resumen...

  • Nuestras percepciones de rigidez no son tan fiables como podemos creer.
  • Es complicado diagnosticar la causa específica detrás de la percepción de rigidez al igual que puede serlo con una percepción dolorosa.
  • La percepción de rigidez podría ser un output tras el procesamiento a nivel central, como sucede con el dolor.
  • En situaciones normales las fibras nerviosas responden ante estímulos muy diferentes a cuando se encuentran sensibilizadas.
  • Una vez se sensibilizan, podemos llegar a percibir una tensión muscular o fatiga elevadas por la activación prematura de estos nociceptores.

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