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¿Nos estamos equivocando con las hernias discales?


Si hay una cosa que me pone de los nervios es el "a mi me funciona" o el "aquí siempre se ha hecho así". 

Estas frases son comúnmente empleadas para justificar el uso de prácticas o productos basándonos en experiencias personales, pero... Desde un punto de vista científico este argumento presenta limitaciones significativas que deben ser consideradas críticamente.

Primero, una anécdota personal no puede considerarse como evidencia robusta, ni como una justificación de práctica absoluta debido a la ausencia de control sobre distintas variables, falta de replicabilidad y ausencia de un marco metodológico riguroso. Las experiencias individuales están sujetas a un amplio rango de sesgos, como podría ser el efecto placebo, el sesgo de confirmación y la variabilidad natural de la condición humana, que podrían llevarnos a interpretaciones erróneas sobre la eficiencia real de una intervención.

Segundo, la ciencia se basa en la acumulación de pruebas derivadas de estudios controlados, siendo el más conocido el ensayo controlado aleatorizado e, idealmente, doble ciego, que busca eliminar o minimizar los sesgos. Solo a través de este enfoque riguroso y la acumulación de gran cantidad de datos es posible determinar con certeza si una intervención tiene un efecto terapéutico genuino, más allá de variaciones individuales o las expectativas objetivas.

Pero, volviendo al título de este blog...

¿Y si nos estamos equivocando con las hernias discales?

En ocasiones anteriores en este blog ya hemos hablado de cuestiones como el dolor discogénico, y si estás suscrito a nuestra Newsletter, hace no mucho comentamos allí alguna cosa más relacionada a hernias discales. 

Lo que esta vez nos trae aquí es un estudio novedoso (1) sobre la curación de las hernias discales. 

Tradicionalmente, estas afecciones han recibido un abordaje quirúrgico, primero eliminando directamente el disco, luego eliminando una parte del mismo, pero... ¿y si no fuera necesario?

Desde hace unos años, venimos viendo cómo las hernias discales pueden recuperarse sin necesidad de una intervención quirúrgica. Parece que la propia respuesta del cuerpo es suficiente para de cierta manera "reabsorber" una parte importante de estas hernias (2). Se ha hipotetizado que en torno a dos tercios de las hernias discales pueden reabsorberse sin cirugía.
Pero...

¿Podríamos mejorar esto? ¿De verdad un tercio de las hernias no tienen esperanza?

Aunque habitualmente se prescribe medicación para reducir o eliminar la inflamación (y el dolor y disconfort asociados a esta), en el estudio que nos trae aquí hoy se planteó un abordaje que buscaba preservar la reacción inflamatoria del tejido. 
La inflamación, aunque molesta, es la primera fase de la curación de los tejidos, y se ha observado en diversas ocasiones en modelos animales que interrumpirla o afectarla negativamente podría conducir a una peor curación de los tejidos, más lenta y con una calidad tisular inferior.

¿Podría suceder algo similar en el disco intervertebral?

Los pacientes en este estudio pasaron por varios bloques de tratamiento de 3 meses que incluían gabapentina y acupuntura para el control del dolor. (Comentario personal, este estudio no justifica el uso de acupuntura, pero el hecho de pinchar puede tener efectos, en otra ocasión hablamos de esto.) Si al finalizar cualquiera de los bloques de tratamiento se encontrasen sin síntomas, abandonarían el tratamiento en ese momento y se prolongó esto hasta completar un año. ¿Qué resultados obtuvieron?

Algo sorprendente (y a celebrar) es que lograron un 100% de reabsorciones. Todos los pacientes vieron cómo su hernia se reducía en tamaño y se recuperaban.

Esto es un motivo de alegría, como no podía ser de otra forma, y nos plantea la duda de si estamos enfocando adecuadamente muchas de las lesiones y problemas en nuestro cuerpo. Tal vez la inflamación no siempre sea una enemiga.

Ahora bien, este estudio también puede ser fácilmente malinterpretado.

No se trata de un ensayo controlado aleatorizado, ni siquiera tiene un grupo control y no se controlan muchas variables que deberían tenerse en cuenta a la hora de llevar esto a clínica. 

Al menos es un rayo de esperanza, pero tendremos que ver cómo evoluciona la literatura al respecto. 

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